Sea llegada la hora del temido día
cuando el mortal, endeble cuerpo se separa
de esa su inmensa, aún latente vida
y vuelve a la tierra, de donde todo emana
Hagasele lugar en un valle de Vasconia
junto a un viejo roble que allí se halla
junto al rumor de un arroyo y su melodía
donde la lluvia, un ritmo tras otro talla.
Dejad que el cuerpo repose su rebeldía
y fundida su alma al roble que le abraza
el viento entre sus ramas con osadía
silbe un «bertso», que a dos almas enlaza
Y allí llegados sabed, bien sea noche o día
sabed que un poeta allí reposa…
y todo cuanto oigáis, todo ello …es poesía..